Nariz
En nariz, el Arizcuren Barranco del Prado 2018 ofrece un conjunto aromático de bayas rojas maduras, pétalos de rosa y un sutil toque de hierbas silvestres, subrayado por persistentes matices terrosos y un susurro de regaliz que crean una compleja atracción aromática.

Boca
En el paladar, despliega un carácter robusto pero refinado con sabores vivos de frutas rojas, complementados vívidamente por matices florales. Hay una presencia elegante de minerales terrosos y suaves especias, que se integran sin esfuerzo con taninos bien redondeados.

Visual
Este vino se presenta con un color rubí profundo que emite intensidad y claridad. El atractivo visual se destaca por un brillo brillante que rodea la copa, sugiriendo un vino de gran profundidad y concentración.

Cuerpo
Con cuerpo medio a lleno, el vino exhibe una concentración suave que perdura con una textura sedosa. Su cuerpo es firme pero no abrumador, gracias al equilibrio entre acidez y concentración de fruta que mantiene la armonía en esta mezcla compleja.

Estructura
Estructuralmente sólido con un buen equilibrio de acidez y taninos. El armazón del vino apoya su complejidad aromática y longitud. La integración de los taninos es perfecta, brindando estructura sin opacar el perfil de la fruta vibrante del vino.

Final
El final es largo y aterciopelado, marcado por una mezcla de notas minerales, especias y florales perdurables. Desaparece con elegancia, dejando una sensación delicadamente perfumada e invigorante que invita a otro sorbo.